El elegido de Servando González Hernández es la Pasión de Cristo "a la mexicana". Una cinta que nos regala un retrato necesario que invita a la reflexión.
Mencionar a Servando González Hernández genera polémica. Si bien dentro de su filmografía se encuentran las celebradas El escapulario, Viento negro (1964), ¿De qué color es el viento? (1972) y Las grandes aguas (1978) -entre otras-, así como Fool Killer (1965) -primer cinta en Hollywood dirigida por un mexicano-, su nombre no dejará nunca de estar relacionado con el hecho de que él fue comisionado y pagado para filmar aquel mítin que terminó en la matanza de estudiantes en Tlatelolco en 1968. Más sobre ésto se puede revisar en Los rollos perdidos -trabajo del que prometo escribir pronto-, así como en esta entrevista al propio Servando por parte de La Jornada.
Sin embargo, más allá de la polémica y de su relación sólida con un gobierno tan polémico como el de Echeverría Álvarez -del que fue parte-, González Hernández fue un buen cineasta; de hecho uno muy bueno. Su trabajo en El escapulario, lo pone como uno de los mejores directores de cine mexicano, y también uno de los más interesantes. En plena Semana Santa, revisando materiales para compartirles con motivo de estos días, recordé la película El elegido del propio González Hernández.
La cinta se desarrolla en el México de los 70, en un lugar que bien podría ser Iztapalapa en Ciudad de México, pero que también podría ser cualquier otro pueblo en este país. Ahí, en ese sitio, se planea la representación popular de la Pasión de Cristo; cuyo papel de Jesús es asignado un tanto a la fuerza al taxista Andrés (Manuel Ojeda). El “honor” no es visto como tal por Andrés, cuyo pasado familiar ha marcado que aquel que es El elegido, termina por ser víctima también de otra tragedia.
Además para Andrés todo termina siendo un circo, algo de lo que en esta ocasión él no quiere nada que ver, aunque su muy religiosa madre así se lo insista. Sin embargo la franca negativa no solo le ofende a ella, sino también a muchos en el pueblo que ven mal que rechace tan importante distinción; uno de ellos, ofuscado profundamente, manda a golpearle para hacerle reflexionar y obligarle a recapacitar. Tras la golpiza, Andrés, el Jesús del pueblo, se encuentra con la prostituta Paz (Katy Jurado), la María Magdalena de la representación con quien encuentra amor y piedad.
Con una producción limitada, aunque con los recursos cinematográficos que se le conocían, Servando González Hernández nos regala en El elegido un dramón crudo con la marca de la casa. Con un guión del propio Servando, junto con Jesús Marín Bello y Luis Llorente basados en la pieza teatral El crucificado de Carlos Solórzano, El elegido nos presenta la versión mexicana de la Pasión de Cristo. La crudeza del México de ese entonces, con muchos ecos al México de nuestros días, se plasma de manera magistral en un drama que estremece, y apachurra.
Desde luego que la ya mencionada producción termina por provocar más gracia que pena: el doblaje de la cinta, la limitada capacidad de muchos de los actores; pero también se percibe la buena dirección tras la cámara, inclusive la fotografía que termina por redondear la intención del director con la historia. Aunque parezca vulgar, la representación del pueblo si bien podría resultar fársica para algunos, no deja de ser cercana y cruda. En el mar de albures y situaciones ridículas y cómicas, navega la rudeza y crudeza de los dramas cotidianos: el dolor de todos los días.
El elegido de Servando González Hernández es la Pasión de Cristo “a la mexicana”. Una cinta que nos regala un retrato necesario que invita a la reflexión. Los momentos finales de la cinta, justamente los últimos instantes del paso del Jesús vivo de carne y hueso sobre la Tierra, resultan poesía visual que contrasta lo bello con lo grotezco; lo humano con… lo humano.
Enrique Figueroa Anaya
Profesional en la difusión de arte, cultura e historia, con especialización en cine y música. Soy titular de los pódcast CinemaNET, ¡Clack! Un podcast de Le Cinéma IFAL, "Luces, cámara, ¡niñxs!, "Cinema Tempo – Historia y Enrique Figueroa MX. Actualmente soy colaborador de la revista Cine PREMIERE, del pódcast Cinegarage y del noticiario Mesa de prensa de Concepto Radial.